lunes, 8 de septiembre de 2008

INDECISIONES

Caprichoso destino, que unió nuestras sendas cuando yo más lo necesitaba, y de ser un simple número te convirtió en un deseo.

Llegó la noche sin prisas, en la que todo fue demasiado rápido. Tu indecisión chocó con mi seguridad, si bien el entusiasmo fue compartido.

¿Cuándo todo se transformó en drama? ¿Y cómo luego dejó de serlo? Llenamos la noche de contradicciones, negando con palabras, afirmando con besos.

Tu sabor a menta, un estigma en mi saliva; el olor de tu piel, un recuerdo para siempre; tu tacto, imborrable.

Pese al drástico cambio todo sigue igual, no ha habido avance ni retroceso, solo lágrimas y abrazos, susurros en la oscuridad, silencio a la luz del día.

Llega un momento en que tantas emociones me nublan, y ya no sé lo que siento, igual que hay otros que tienen tanto donde elegir que nunca llegan a decidirse por nada. Así es el exceso, desconcertante. Te aleja de la absoluta realidad para sumergirte en un mundo de dudas.

¿Dónde está el límite? ¿Cuánto tiempo soportaremos la ausencia de normas? No hay respuesta a nada, son demasiadas preguntas en muy poco tiempo, demasiado desconcierto para esta espectadora acostumbrada a serlo. Tiempo al tiempo.

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