Otro día gris, salpicado por la lluvia y por tu ausencia, dos constantes que actúan como señal de mi propio Apocalipsis, y a las que mi estado de ánimo se circunscribe.
Y es que es otro día gris, sí, pero hoy la diferencia es que el que ha sido mi único tema de debate interno durante los últimos meses ahora se difumina levemente, solo por unas horas, y llega a ser uno más de los asuntos que tengo en mente. Supongo que esto es una mentira como otra cualquiera, una que me cuento para evitarme sufrimientos, ya que sin muchas ganas de ver a nadie, y sin ninguna intención de hablar sobre ello, pienso en ti una vez más. Aún así, intento dejarte al margen y pienso. Pienso en amigas que se irán, en las que ya no están, en amigas que traicionan, en las nuevas amigas y en otras que ya hace mucho que no lo son.
La vida cambia tanto... te sorprende a cada paso con giros inesperados, y este año que todo el mundo se empeña en dar por terminado ha sido un auténtico torbellino para mí. He aprendido, entre otras cosas, a tomar ciertas decisiones, a tomar distancia cuando es necesario, a ser yo misma con más convicción, a vivir lejos de algunas personas aunque no a convivir con otras. Sobretodo he aprendido muchísimo sobre quién soy, lo que quiero y a quién quiero. He aprendido a no agobiarme con las expectativas de los demás, y a no juzgar ni tener prejuicios, especialmente conmigo misma, ya que soy con diferencia la persona a la que más maltrato. Y aún así me pregunto, ¿porqué relativizar mis pequeñas desgracias, cuando es con ellas con lo que me siento viva? ¿Porqué dejar de leer entre líneas, cuando a veces pienso que es lo único que tengo, pese a saber que esa sensación es fruto de lo que sucede a mi alrededor y no entiendo? No tengo la respuesta, pero un gurú indio escribió que los problemas son ficticios, que los creamos nosotros mismos para dar sentido a nuestra vida, para que no esté vacía, para poder ocupar nuestro tiempo y nuestra mente en buscar soluciones. Es más, dice que los problemas que nos creamos son un reto, y resolvernos es el alimento de nuestro ego. ¿no se parece eso a una respuesta a mis preguntas?
1 comentario:
Bueno, yo no me remonto a maestros indios pero Juan Profundo (de Sólo los Solo... ese gran grupo de rap nacional)dice en una canción: "...los problemas son la sal de la vida.. y mi vida es una playa" simple pero cierto..¿quién no quiere vivir cerquita del mar?yo desde luego mataría por poder pasear todos los días sola oliendo a mar... al lado de la playa, sintiendo la sal. El problema es cuando tienes una heridilla en el pie, entonces escuece, pero las heridas curan Maestra, así que fe ;) de esa que tanto me falta a mi, jeje. un saludo mona.
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