Quisiera escribir algo bello,
pero nunca se me ocurre nada mejor que mirarte.
Llenar vacíos con descripciones es un sinsentido
si los puedo ocupar en un rebosante silencio.
Y así llega este invierno. Tan cálido.
sábado, 1 de diciembre de 2012
jueves, 15 de noviembre de 2012
Como un hámster en su rueda, a ninguna parte. Es esa apócrifa satisfacción de creerte en camino, para descubrir que sigues en la misma jaula, y que lo único que te han cambiado es el serrín en el que cagar.
Cuando no es Fromm el que manda, sino Ferreiro. La noche aprieta, los cigarros se quedan cortos y las decepciones se me arremolinan en las sábanas, que van cubriéndome poco a poco hasta ocultarme del todo. De todos. Especialmente de mi.
Miedo acecha. Y eso que me había sacudido la chaqueta enésimas veces, creí que para deshacerme de él, ahora veo que solo desempolvaba la armadura. Y aunque la redención me tocó antesdeayercomoquiendice no dejo de fabricar pecados nuevos.
Si tuviera las piernas más largas (o una piel que no reclama) ya estaría lejos, pero nunca conocí el desapego gratuito. Soy de las que solo se van cuando el doctor cita la hora de la muerte.
No hay trinchera que salve de uno mismo.
martes, 23 de octubre de 2012
ciclotimia
Dennis Stock. Magnum. |
Pese a la arcada, tener la sensación de ser feliz a ratos [=desconcierto]
Será que la bipolaridad es contagiosa.
Otra cerveza por favor, que hay tragos que solo sirven para borrar la huella de unos labios.
Saciada de miradas que anticipan orgasmos, y de orgasmos previos a hasta luegos. Sonríes mientras besas, mientras rediriges mi mano escondida entre tus piernas. Tu agitación me revuelve por dentro, solo hablas con la respiración.
Los placeres me arrebatan en tu pecho, alzo la mirada y ahí está la tuya clavándose en mi piel tanto o más que tus uñas.
Así se espantan los demonios. Hasta desgastarnos. Hasta tatuarte los besos en el cuerpo. Hasta que digas basta. Y hasta luego una vez más.
martes, 16 de octubre de 2012
sábado, 6 de octubre de 2012
Olvidar se queda corto. Tal vez suprimir, eliminar, borrar, anular estén a la altura. Solo tal vez. Cualquier cosa que no deje impronta. No me impregnes, no me llegues, no me cales. Desaparece, pero no lo hagas. No me hagas desgraciada mientras me haces feliz. No respires a mi alrededor, porque tu presencia me perturba. No me mires, que quemas. Ni me toques, me matas. Vete. Quédate. Aquí a mi lado. Incluso así, lejos. De mi alcance. De tu alcance. Gritaré que estoy aquí a ver si me oyes. Solo escucha.
martes, 18 de septiembre de 2012
Venga, date prisa que se acaba el tiempo.
El tiempo no se acaba nunca, se acaban los momentos.
Pues eso, que este momento terminará, y ya no habrá nada parecido a esto nunca.
¿Nunca? joder, qué grande me viene ese concepto.
Bueno, grande se nos viene también esta situación.
Lo sé, por eso intento aprovecharla.
Y prolongarla, ¿no?
La situación no, solo el momento, este justo, en este beso mismo.
Nos quedan unos cuantos más, mientras quede noche por delante.
Sí, y mientras quede piel por besar, así que venga, no pares, no vaya a hacerse de día ya.
¿Pero qué hora es?
¿En serio quieres saberlo? ¿Y si falta poco? Yo prefiero la incertidumbre, sin presiones.
Como si no hubiera presiones... aunque ahora no voy a pensar en eso. Ven aquí, acércate.
¿Mas?
Todo lo que puedas, ¿no has dicho que nunca volveríamos a estar tan cerca?
Sí, supongo...
No supones, lo sabes. Igual que yo. Así que dame recuerdos suficientes para no olvidarlo.
Mañana querrás hacerlo.
Tal vez tú.
Bésame anda...
domingo, 22 de julio de 2012
/Blog = Contenedor de vómitos, sin hilo conductor, más que mi propia historia/
Hablemos de hidrodinámica. Los flujos laminares son los movimientos de un fluido cuyas partículas están perfectamente ordenadas, haciendo que dicho fluido se desplace en estratos paralelos sin entremezclarse. Por el contrario, los flujos turbulentos son aquellos en los que las partículas del fluido se mueven caóticamente formando remolinos que hacen que la trayectoria del mismo sea impredecible.
Y ahora hablemos de suicidio. Suicidio moral, claro. Que ya llevo tiempo cogiendo carrerilla y otro tanto cayendo abismo abajo. Pocos asideros me quedan ya, y sigo prendiéndoles fuego en la caída, no me preguntes porqué. Y cómo he llegado yo a esto si nadie me enseñó a ser kamikaze. Aunque igual para darse hostias no necesita una ayuda. Hostias morales, claro. Quién dijo miedo. Tal vez busque ser despojo, para renacer y volver a empezar, tal vez se me hayan acabado los parches y por este motivo juegue a la autodestrucción.
O tal vez solo sea una corriente turbulenta intentando sobrevivir a mi caos, pretendiendo llegar al final al menos en las mismas condiciones en las que empecé el viaje. Pero siempre se pierden prendas por el camino. Otras se ganan, sin saber a qué precio. Todos anhelamos el caos, e incluso lo buscamos vehementes, nos atrae y atrapa hasta que su propia complejidad nos sobrepasa. Hasta que somos conscientes de no entender la ley de que no hay leyes. Por eso es tan fácil enamorarse, perderse en ese caos primigenio que nos abstrae hasta el origen de la especie, déjà vu evolutivo en donde nos abandonamos, y abandonamos toda responsabilidad de mantenernos en esta realidad. Turbulencia suicida. No sé cómo esquivar las balas, ni si soy yo quien dispara. Y así sigo viviendo. Al límite. Sacando poco a poco el pie fuera del tiesto a ver qué sucede. Paso a paso hasta que me atropelle el tren, o llegue mi redención.
jueves, 14 de junio de 2012
La que no está ahora soy yo. Me he ido por la taza del váter. Y como no hay dolor tampoco hay solución. "Un paracetamol cada seis horas" dice el médico cuando no tiene muy claro lo que tienes. Y que si se dice "kivi" o kigüi". Y yo qué coño sé. "Yo con veinte años me comía el mundo". Pues hay quien quiere vomitarlo. No es mi caso oiga usté, pero haberlos haylos. Para esos el paracetamol es un caramelito, casi mejor el kigüi y decir adiós a las pesadillas y a Sara por por la taza del váter. ¿O es güater? Ya me parecía a mí.
jueves, 3 de mayo de 2012
lunes, 26 de marzo de 2012
D.E.P (o el fin del invierno)
Nuestros ojos buscándose en la estación, un cigarro a medias en el coche mientras acelerada te relato una a una todas las anécdotas del viaje, para después quedarme absorta mirando por la ventanilla, embebida en cada detalle por la luz hipnótica que siempre tuvo esa ciudad para mi. O tal vez era la tuya. Un disco rojo marca una pausa, necesaria para culminar con un beso aquel momento de perfección absoluta, creyendo que no necesito nada más en la vida que ese instante.
Descansen en paz los recuerdos, que me obligan a aferrarme a una relación que está ya en el desguace. Descanse en paz aquella felicidad plena pero efímera que nos regalamos. Y descansen mis lacrimales en consecuencia.
Te vas, mi amor. Aunque hace tiempo ya de tu marcha. Te vas y deseo que así sea. Termina ya lo que empezaste cuando llegó el fin, porque para mí es el momento de decir adiós. Para siempre. No es rencor, solo cicatrices.
He tardado en darme cuenta, pero ya es hora de volver a poner las pilas a los relojes.
martes, 17 de enero de 2012
Poetas en la mierda
Estoy cansada de esos dolores de ruptura, de esa melancolía que a todos nos embarga cuando nos abandonan y que nos mueve a escribir folios y folios de lacrimógenos versos. El dolor hace que agarremos el bolígrafo con más fuerza, la desgracia nos hace poetas. Parece que nunca somos capaces de expresarnos tan bonito como cuando nos joden, y eso me cabrea. No el intentar hacer florituras con la mierda, sino el acomodarnos en la belleza de lo artificial y artificioso que viste a nuestra tristeza. Contra los dolores, ibuprofeno.
viernes, 6 de enero de 2012
Queridos Reyes Magos
quiero dejar de habitar el ayer, me gusta mi presente y quiero disfrutarlo
no quiero compromisos con los recuerdos, que para atormentar ya están las cajas de los trasteros
martes, 3 de enero de 2012
Nulidad
Tal vez tengas razón y deba ir a dormir, provocando la muerte de este día.
Pero intento resistirme a que hoy termine sin una conclusión a esta locura, ma folie.
Lucho para que no me invada. Es agotador.
Aunque no tanto como para que me rinda ya a los encantos del colchón.
No al menos de un colchón vacío.
Necesito volver. Necesito actuar y pensar en el mismo plano. Ya basta de ascetismo.