El mundo está lleno de fronteras, aunque el universo sea infinito.
Todo lo que el Hombre crea, incluido el mismo Hombre, tiene un principio y un final, nuestra existencia está sujeta a esa norma obligada. Y precisamente por eso hay que asumir dónde están los límites de las cosas.
No sé si será algo común o es fruto de mi nutrido optimismo, pero hay días en los que me creo capaz de todo e intento desafiar lo preestablecido, y como es lógico, cuanto mayor es la fantasía más contundente es el golpe de la realidad, porque para mi desgracia sigo siendo una persona corriente, que ha de cumplir las mismas reglas que los demás.
Aún así me resisto a leer The end en cualquier momento y resignarme, a no saber cuando va a salir a relucir la tarjeta roja.
Odio los límites, y aunque se que acechan continuamente y que no soy Wonder Woman, aunque a veces me sienta cansada de pelear, seguiré intentando derribar ese muro.
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