Imposible mantenerse intacto en el camino. Amar, traicionar, ser traicionado. Así sucesivamente. Ver a tu alrededor como se consumen las pasiones de todo el mundo, bajo casi el mismo patrón. Y luego que porqué nos volvemos escépticos. Siempre es el miedo. Al dolor, a la vergüenza, a una soledad inesperada, a no tener el control. Vamos viviendo, sabiendo a la par que no volveremos a ser tabula rasa. Reaprendiendo con cada nueva circunstancia a no esperar del presente la misma mierda que el pasado nos arrojó.
Una y otra vez, lo mismo.
Que me da miedo dejarme caer. Te digo. Me digo.
Es cuestión de confianza, ¿es que no confías en mi? Insistes.
Me paraliza el miedo. Insistes.
Me excuso. Insistes.
Me voy. Nos pienso. Me arrepiento.
Junto los pies, estiro los brazos, me tiro.
Y lo mejor es que absolutamente todas las veces me coges.
Fin de las dudas.
jueves, 28 de marzo de 2013
lunes, 11 de febrero de 2013
viernes, 11 de enero de 2013
Bruce Davidson. Magnum.
Nunca tuve elección contigo, tanto fue así que tampoco pudimos elegir no acabar jodiéndonos. Pero fue ese amor ignorante y loco, lo que más daños causó. Esperábamos demasiado para no haber sembrado nada. Por eso ahora tampoco hay nada que recoger.
Tal vez un día nos encontremos y pueda comprobar si esto de no quererte ya es tan cierto como ahora lo siento. Porque al mirar las fotos sí que sé que ya ni al recuerdo de lo que fuimos quiero. Ahora perteneces a una caja sobre el armario, un nombre en el teléfono.
Quizá nos crucemos por la calle y nos asumamos como dos desconocidas, sin ni siquiera percatarnos la una de la otra, y te roce la pierna con la bolsa de la compra en un semáforo, o me llegue el humo de tu cigarro, y no haya reacción, seremos anónimas. Tanto como lo somos ya en todo lo demás.
El asunto es desde dónde se quiere. Porque esos amores que llaman viscerales salen de los intestinos. Y como no puede ser de otra forma, de ahí solo sale pura mierda.
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